La Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea (DG SANTÉ) está trabajando en una regulación específica para materiales impresos destinados a contacto con alimentos. Su intención es tenerlo para finales de 2018 pero tal vez no sea posible ya que es un tema complejo.
En un principio se estaba trabajando en un enfoque tradicional similar al del Reglamento (UE) 10/2011 sobre materiales y objetos plásticos, basado en un sistema de lista positiva pero este enfoque se enfrenta a ciertos puntos complicados de resolver. Uno de los más importantes es el elevadísimo número de sustancias a considerar, que requeriría décadas de trabajo de la EFSA para concluir su evaluación. Otros puntos por resolver son la dificultad para la transmisión de la información en las cadenas de suministro por la complejidad de éstas, con frecuencia aplica demostrar el cumplimiento a operadores de pequeñas empresas alimentarias, la gran variedad de combinaciones a considerar (sustratos, combinación de colores, técnicas de impresión, etc.), la falta de pautas para la verificación del cumplimiento y la necesidad de disponer de evaluaciones de riesgos transparentes.
Todo ello, ha llevado al grupo de trabajo de la Comisión Europea, a plantear un enfoque alternativo basado en organismos autorizados (consultorías o laboratorios comerciales acreditados por Estados Miembros de la UE, que serían independientes de los operadores de las empresas de materiales destinados al contacto con alimentos). Estos organismos realizarían un trabajo de certificación para asegurar el cumplimiento en cada etapa del proceso de fabricación de los materiales impresos destinados a contacto con alimentos. Podrían llevar a cabo ellos mismos los trabajos para demostrar el cumplimiento o solo certificar el cumplimiento mediante la evaluación de los trabajos que presentará el solicitante.
La Comisión proporcionaría las reglas básicas que dirijan el trabajo de los organismos autorizados mediante legislación, normas, guías y normas internas.
Habría también una base de datos centralizada en la que se almacenarían los dosieres de las evaluaciones. Esta base de datos sería accesible para las autoridades competentes, la EFSA y los organismos autorizados para hacer las evaluaciones, pero solo parcialmente accesible para los operadores de empresas alimentarias o de materiales para contacto con alimentos. De este modo se facilitaría el intercambio de información entre los diferentes estadios de la cadena de suministro.
A día de hoy no se ha decidido qué enfoque se adoptará finalmente. La Comisión está difundiendo este segundo enfoque para darlo a conocer y recopilar opiniones sobre el mismo.
(Fuente: Aimplas)
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