Desde pinturas hasta pesticidas, pasando por perfumes de lujo y aspirinas, el auge de la industria química en España es una realidad. En las exportaciones españolas, dominadas por el sector automotriz, figura en segundo lugar, por delante de la también dinámica industria agroalimentaria.
Algunos grupos españoles se cuentan entre los líderes mundiales en su categoría, como los catalanes Puig, los perfumistas propietarios de Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean-Paul Gaultier, o Grifols, especialista en medicamentos a base de plasma sanguíneo.
Tras la crisis de 2008, que derrumbó la demanda interna y acabó con 25.000 puestos de trabajo en el sector, «tuvimos que salir al exterior», explica Juan Antonio Labat, director general de la federación patronal del sector, Feiq.
Entre 2007 y 2016, las ventas al extranjero aumentaron un 40%. España exporta más de la mitad de su producción química, principalmente hacia Europa, pero también, y cada vez más, hacia América y Asia.
España exporta más de la mitad de su producción química.
En el primer trimestre de 2017, las exportaciones del sector químico y farmacéutico escalaron un 11%, según Feiq. Entre los nuevos clientes se encuentra China, «que tiene problemas de calidad y se interesa por los productos europeos», señala Labat.
El sector químico se distingue también por la calidad de los empleos que crea. En una España con la tasa más alta de contratos temporales en Europa, el 94% de los empleos de esta industria son indefinidos, con un salario superior a la media. Los conflictos sociales son poco frecuentes, según patronal y sindicatos.
En el sector químico, la competitividad ha mejorado sobre todo gracias a la inversión y la investigación, estima José Carlos Ruiz Palacios, responsable de la industria química en el sindicato UGT, que considera que las buenas condiciones de trabajo también han tenido impacto en su buena productividad.
El 94% de los empleos del sector son indefinidos con un salario superior a la media.
Las multinacionales químicas se instalaron hace tiempo en España, donde representan cerca de la mitad de las empresas del sector. Se benefician de una posición geográfica propicia para el comercio con el norte de África y América Latina y de la existencia de grandes polos químicos en Cataluña y Andalucía.
El gigante alemán Bayer produce en Asturias el 100% de la aspirina, en una fábrica construida hace 75 años. En la misma región, la estadounidense DuPont fabrica el Nomex, un material resistente al fuego utilizado en todos los trajes de bomberos del mundo, con excepción de EEUU, afirma Labat.
En paralelo, múltiples pymes se han especializado en productos cuyas exportaciones han subido enormemente y que también forman parte del sector, como pesticidas agrícolas, pinturas y cosméticos.
La salud de la industria sigue íntimamente ligada a la del automóvil.
La salud de la industria sigue íntimamente ligada a la del automóvil, gran consumidor de productos químicos, sobre todo polímeros que entran en la composición de plásticos y caucho. El mercado automotor es su «principal sector impulsor», según Labat.
El lugar de España sigue siendo modesto en la clasificación de la química (12º a nivel mundial, 5º en Europa), pero representa cerca del 13% del PIB industrial y 5% del total. España debe beneficiarse de un aumento de la demanda en años venideros, según la patronal. Pero sigue siendo vulnerable al precio del petróleo. «Si mañana el barril vuelve a los 100 euros, dejamos de ser competitivos», advierte Labat.
(Fuente: Huffington Post)
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