Hoy, en el Día Mundial Contra el Cáncer, nos gustaría poder compartir contigo un artículo muy interesante que hemos encontrado en la web de la Fundación Piel Sana de la EADV (Academia Española de Dermatología y Venerología) acerca del cáncer de piel

El artículo ha sido escrito por Sabrina Kindem, Rebeca Alcalá, Nancy Rivas del Servicio de Dermatología, Instituto Valenciano de Oncología (Valencia).

1. Cáncer de piel

La piel es el órgano más extenso del organismo y supone la primera barrera de defensa frente a agentes externos. Está formada por 3 estratos distintos: la epidermis, la dermis y el tejido celular subcutáneo. En cada uno de estos estratos se encuentran diferentes células con distintas funciones. Estas células, como cualquier célula del cuerpo humano, pueden proliferar de manera descontrolada y acabar formando un tumor o neoplasia, cuyo comportamiento puede ser benigno o maligno. Por tanto, el cáncer de piel incluye un conjunto de diferentes neoplasias malignas que derivan de células de la piel.

Como existen diferentes células en los 3 estratos cutáneos, tendremos distintos tipos de cáncer de piel. En general, se clasifican en dos grandes grupos: los cánceres que derivan de un tipo concreto de células de la piel, los melanocitos, al que llamaremos melanoma y en el otro grupo se engloban todo el resto de tumores malignos de la piel distintos del melanoma:

1.1. Cáncer de piel melanoma

  • Melanoma.

1.2. Cáncer de piel no melanoma

  • Carcinoma basocelular.
  • Carcinoma epidermoide.
  • Otros menos frecuentes: Linfomas cutáneos, Carcinoma de células de Merkel, Sarcomas, Tumores vasculares, Metástasis cutáneas de otros órganos.

2. Generalidades del cáncer de piel

El cáncer de piel supone la neoplasia maligna más frecuente de la raza humana y de hecho su incidencia aumenta cada año. Cada uno de los distintos cánceres tienen distintas características respecto al tipo de paciente, factores de riesgo y pronóstico. Nombraremos algunas consideraciones generales de cada uno de ellos.

2.1. Carcinoma basocelular

Es el tumor maligno más frecuente de la raza humana. Afecta predominantemente a personas de piel clara, ojos claros y pelo rubio. Sin embargo, es tan frecuente, que lo puede padecer cualquier persona y a cualquier edad, aunque es más frecuente en personas de edad avanzada, como la mayoría de tumores malignos. Su crecimiento es lento y su comportamiento no es agresivo, no suele diseminarse ni metastatizar a ningún otro órgano. Pero sí presenta invasión local pudiendo dejar grandes cicatrices, secuelas y alteraciones funcionales. En general, un tratamiento que lo erradique por completo suele ser curativo en la mayoría de las veces. El pronóstico generalmente es muy bueno.

2.2. ¿Cuándo consultar a un médico especialista?

El carcinoma basocelular puede aparecer de diferentes formas clínicas. En general, toda lesión rosada aunque sea asintomática, que no acaba de curar de manera espontánea, de larga evolución, que aumenta de tamaño paulativamente y que puede sangrar con facilidad y presentar zonas de ulceración o costra, sobre todo si aparece en zonas fotoexpuestas, debería ser consultada a un dermatólogo para valoración (Figura 1).

2.3. Carcinoma epidermoide

Es el segundo tumor cutáneo más frecuente. Afecta fundamentalmente a personas de edad avanzada y que hayan presentado una constante exposición solar a lo largo de su vida. Suele presentarse como un tumor que crece más rápidamente y se ulcera y sangra, sobre todo en zonas fotoexpuestas como cara y dorso de las manos. Puede invadir los ganglios linfáticos y diseminarse a distancia, por eso su diagnóstico precoz es importante.

Fundación Piel Sana de la AEDV / El cáncer de piel

2.4. ¿Cuándo consultar al especialista?

Lesión cutánea de rápido crecimiento en zonas fotoexpuestas, ulcerada o con costra, en persona de edad avanzada debe ser valorada por un dermatólogo (Figura 2). Existe una forma de lesión precancerosa que son las queratosis actínicas, las cuáles son pequeñas lesiones planas de color rosado que se “pelan” al rozarlas y aparecen sobre todo en frente, nariz, mejillas y dorso de las manos. Deben de ser tratada s también por un especialista dado que tienen capacidad de malignizar.

2.5. Melanoma

Es mucho menos frecuente que los anteriores, pero afecta a personas más jóvenes y es el responsable del 80% de los fallecimientos por cáncer de piel. Por estas razones, evitar los factores de riesgo y realizar un diagnóstico precoz es de suma importancia. El espesor del tumor en la piel es el principal factor pronóstico. Es importante consultar a un médico o a un especialista ante cualquier cambio de color, tamaño o forma de lesiones pigmentadas ya presentes o ante cualquier nueva lesión distinta a las demás o de rápido crecimiento, especialmente si presenta varios colores, es asimétrica y/o presenta sangrado (Figura 3).

2.6. Otros cánceres de piel de tipo no melanoma menos frecuentes

La clínica que presentan es diversa, inespecífica y difieren mucho entre ellos (linfomas cutáneos, carcinoma de células de Merkel, sarcomas, entre otros). En general, son tumores que aumentan con la edad del paciente. Lesiones cutáneas que no curan de manera espontánea o que crecen, aunque sean asintomáticas, deben de ser consultadas al médico especialista.

3. Factores de riesgo

Podemos diferenciar dos grandes grupos de factores de riesgo, los que son intrínsecos de cada persona y por tanto no los podemos cambiar, como por ejemplo la edad o el sexo. Y por otro lado, los extrínsecos a los que externamente se encuentra cada persona expuesta, y que por tanto sí podemos evitar. Enumeraremos algunos de los factores de riesgo más importantes aunque varían según el tipo de cáncer de piel.

  • El factor de riesgo más importante implicado en el cáncer de piel es la exposición a los rayos ultravioleta que proceden de la luz solar. El grado de exposición depende de la intensidad de la luz y del tiempo que estemos expuestos. Las personas de edad avanzada que presentan una larga evolución de exposición a la luz solar durante toda su vida son las que más probabilidad tienen de padecer cáncer de piel. Sin embargo, también en algunos tipos de melanoma y de carcinoma basocelular, una exposición solar intermitente pero intensa y que además lleve a la quemadura solar supone también un importante factor de riesgo, sobre todo si la quemadura es durante la infancia o adolescencia. Otra forma de recibir rayos ultravioleta distinta a la luz solar natural también supone un factor de riesgo, como esla utilización de lámparas artificiales y cabinas bronceadoras.
  • Antecedentes familiares o en el propio paciente de algún tipo de cáncer de piel.
  • Enfermedades hereditarias que predisponen a cáncer de piel como xeroderma pigmentoso o síndrome de Gorlin, entre otros.
  • Exposición a otros agentes físicos como fuentes de radioterapia. Puede aparecer un cáncer de piel en un área corporal que haya sido previamente irradiada por enfermedad tumoral.
  • También estar recibiendo un tratamiento médico inmunosupresor o bien estar inmunodeprimido por algún tipo de enfermedad, puede predisponer al cáncer de piel, fundamentalmente al carcinoma basocelular.

Es muy importante evitar los factores de riesgo dentro de nuestras posibilidades. Es decir, no podemos cambiar nuestra genética ni dejar de tomar un tratamiento inmunosupresor si lo necesitamos. Pero sí podemos evitar la exposición solar intensa y utilizar medidas de protección (cremas fotoprotectoras, gafas, sombrero). Y sobre todo, estar alerta ante nuevas manchas en la piel o cambios en las previas mediante una autoexploración  sistemática de manera regular, para que si ocurre, podamos captarlo a tiempo.

4. Tengo cáncer de piel, ¿Y ahora qué?

Si acaban de diagnosticarle un cáncer de piel, su dermatólogo le explicará el protocolo terapéutico más adecuado en su caso y el pronóstico, ya que depende de cada tipo de tumor.

A nivel general, podemos diferenciar algunos tratamientos que puede que lleve a cabo:

  • Cirugía: es el tratamiento de elección de la mayoría de los cánceres de piel. Fundamentalmente en el melanoma es el primer tratamiento a realizar, además de la extirpación del melanoma después se realiza una segunda cirugía que consiste en ampliar los márgenes de seguridad. En algunos tipos de cáncer, como en el carcinoma basocelular, en situaciones concretas, se puede realizar una cirugía micrográfica controlada como es la cirugía de Mohs, con menores tasas de recidiva.
  • En carcinoma basocelular existen otras formas de tratamiento equiparables a la cirugía como son la terapia fotodinámica y tratamiento tópico con imiquimod.
  • En algunos casos, fundamentalmente en melanoma o en carcinoma epidermoide, puede que se realicen tratamientos combinados además de la cirugía, con radioterapia y/o quimioterapia.

El tratamiento a seguir depende no sólo del tipo de cáncer si no del estadio de éste al diagnóstico. En la mayoría de los casos con la cirugía es suficiente. Será su dermatólogo quien le explicará el tratamiento más adecuado para su caso.

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