¿Cómo se deben realizar el control de lunares?

¿Cómo se debe realizar el control de lunares?

Los lunares o nevus, son agrupaciones benignas de unas células llamadas melanocitos y que son las encargadas de dar color a la piel.

Los lunares aparecen a medida que las personas crecen

Los lunares pueden estar presentes ya en el nacimiento, pero lo más habitual es que vayan apareciendo a medida que la persona va creciendo hasta los 30-40 años. Además los lunares también pueden ir cambiando con el paso del tiempo. Los cambios más frecuentes son el abultamiento y la pérdida de color.

Sin embargo, que un lunar cambie puede significar desde simplemente una maduración normal del lunar, hasta la malignización del mismo y aparición de lo que se conoce como un melanoma, un tumor maligno de la piel, potencialmente mortal.

Por tanto, aunque muchas veces los cambios en los lunares son parte del proceso evolutivo normal del lunar, y no tendrán importancia, es vital no confiarse y que el dermatólogo lo confirme. Esto es así porque en caso de que ese cambio se deba a que el lunar es un melanoma, el retraso en el diagnóstico juega totalmente en contra de nuestra salud. Ya que cuando el melanoma se diagnostica tempranamente, es posible curarlo mediante una simple cirujía menor con anestesia local. Sin embargo, en aquellos diagnosticados de forma más tardía, el melanoma habrá tenido más tiempo para extenderse y suelen ser necesarias cirujías más agresivas e incluso tratamientos quimioterápicos, a pesar de lo cual, el pronóstico empeora notablemente, produciendo por desgracia un desenlace fatal en algunos casos.

La importancia del control periódico de lunares

Por lo tanto es importante el control periódico de lunares y que ante cambios en algún lunar o la aparción de uno nuevo, podamos descartar lo antes posible que no estemos ante un melanoma.

El mejor método a día de hoy para el control de lunares consiste en el seguimiento digital de los mismos mediante fotografía y dermatoscopia (exploración de las estructuras de lunar con aumento y luz polarizada).

Este seguimiento se realiza mediante un aparato que permite al dermatólogo realizar fotografías estandarizadas y exploración dermatoscópica de los lunares, de tal forma que puedan registrarlos en un ordenador, el aspecto y localización exacta de los lunares. Por lo que cualquier cambio en siguientes revisiones será fácilmente detectado de forma comparativa.

(Fuente: Grupo de Dermatología Pedro Jaén)

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