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Estudios de mitigación y la modificación de las condiciones de procesado

Control de la acrilamida en alimentación: Obligación legal

Estudios de mitigación y la modificación de las condiciones de procesado, medidas eficaces para controlar los niveles de acrilamida en la producción de alimentos sin afectar a su calidad

El objetivo final es disminuir la exposición a la acrilamida en la dieta de los consumidores. La acrilamida se forma al hornear, freír o tostar alimentos como pan, patatas, cereales, bollería o café a altas temperaturas.

11 de abril, entra en vigor el Reglamento de la Comisión Europea, (UE) 2017/2158, por el que obliga a las empresas de alimentación a reducir los niveles de acrilamida en la producción de alimentos susceptibles de presentar esta sustancia, una sustancia que en ciertas condiciones puede tener riesgo para la salud.

A partir de mañana, las pymes tendrán que cumplir con los criterios de control y mitigación de acrilamida en los alimentos establecidos por la UE. Para ello, deberán realizar un plan de control para conocer los niveles de esta sustancia en sus productos y aplicar medidas para disminuirlos.

La acrilamida se considera un contaminante. El nuevo Reglamento establece unos niveles de acrilamida determinados para cada grupo de alimentos y ante ello, señala José María Ferrer, jefe del departamento de Derecho Alimentario de AINIA centro tecnológico, “las empresas cuyos productos superen los niveles establecidos, deberán adoptar medidas para la reducción de los mismos bien modificando la formulación o los ingredientes, los procesos de producción, los tratamientos térmicos o cualquier otro condicionante identificado, sin que por ello se vea afectada la calidad y la seguridad microbiana del alimento, ni sus características sensoriales”.

En caso de que los niveles de acrilamida en sus productos sean superiores a los de referencia, las industrias deberán: revisar las medidas de mitigación actuales, adoptar medidas de mitigación adicionales y realizar un nuevo muestreo y análisis para comprobar la validez de las medidas adoptadas, apunta Vicenta Pérez, especialista en el control de puntos críticos (APPCC) de AINIA centro tecnológico. Quien señala que “Si bien las grandes empresas tienen establecidos sus planes de control y medidas de mitigación respecto a la formación de acrilamida en sus productos, muchas medianas y pequeñas empresas van a tener que hacer un gran esfuerzo ya no sólo en control analítico, también en medidas de calidad, cambio en sus sistemas de procesados térmicos, reformulación de recetas, etc”.

La aplicación de soluciones tecnológicas como la realización de análisis, estudios de mitigación a medida de cada proceso/producto y la modificación de las condiciones de procesado, pueden resultar eficaces para reducir los niveles de acrilamida que se producen en los alimentos” señala Pérez.

El objetivo final que perseguimos es encontrar soluciones apropiadas y prácticas para reducir la exposición a la acrilamida en la dieta de los consumidores ya que, aunque su presencia en los alimentos no se puede erradicar totalmente, sí se puede reducir su nivel”, apunta Vicenta Pérez.

Para ello, también los laboratorios de control de ainia han puesto a punto y validado las técnicas analíticas para la determinación de Acrilamida en los principales alimentos potencialmente afectados de la misma.

La acrilamida es una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón, durante procesos de cocinado a altas temperaturas (más de 120ºC) y con poca humedad. Se forma principalmente en alimentos ricos en hidratos de carbono (horneados o fritos) como pueden ser las patatas fritas, la bollería o los alimentos infantiles elaborados a base de cereales.

(Fuente: Ainia Centro Tecnológico)

El poder de los envases para reducir los residuos alimentarios

La innovación en materiales, recipientes y métodos de envasado amplía la vida útil de almacenamiento, mientras que el envasado inteligente incrementa la confianza de los consumidores en el buen estado de los productos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida, lo que supone un coste de unos 680.000 millones de dólares en los países industrializados y 310 000 millones de dólares en los países en desarrollo. ¿Es capaz de imaginar lo que esto supondría para los 800 millones de personas que pasan hambre en todo el mundo? Se trata de alrededor de 1,17 billones de kilogramos de alimentos desperdiciados anualmente, suficiente para alimentar al doble de esos 800 millones de personas.

El poder de los envases para reducir los residuos alimentarios

De acuerdo con las cifras de 2015 del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el 31% de todos los alimentos producidos en Estados Unidos no se comen, y cada estadounidense tira más de 16 kg de comida al mes. Además, según el USDA, el estadounidense medio tira el 40% del pescado fresco, el 23% de los huevos y el 20% de la leche que compra.

El impacto de estos residuos va más allá de los contenedores de basura. Cuando se tiran los alimentos, también se desperdician los recursos necesarios para producirlos, procesarlos y transportarlos. Para producir los alimentos que se desechan se emplean enormes cantidades de productos químicos, fertilizantes, combustibles y tierras y, en EE UU, el 25 % del agua total que se consume. Los alimentos que no se comen acaban en vertederos, donde su descomposición provoca el 25% de las emisiones de metano (un gas de efecto invernadero 20 veces más dañino que el CO2) de EE UU, según la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA).

Los consumidores y las marcas son cada vez más conscientes de los daños ambientales y financieros que supone comprar alimentos que se acaban tirando a la basura. Una parte del flujo de residuos que se suele olvidar son los residuos de coste completo, que proceden de productos que se fabrican, envasan y distribuyen sin llegar nunca a venderse y consumirse. Para abordar esta pérdida de manera directa, los fabricantes, junto con los minoristas y los organismos gubernamentales, se esfuerzan cada vez más en implementar soluciones de envasado avanzadas que prolonguen la vida útil de almacenamiento y minimicen los residuos.

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La importancia del consumo de pan en la infancia

Para la nutrición infantil debemos saber que el pan es una fuente excelente de hidratos de carbono  que aporta, además, proteínas, minerales, vitaminas y fibras. Por lo tanto, un bajo consumo de pan puede desequilibrar de manera importante la dieta.

El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional de nuestros países. El pan fue el alimento básico de la humanidad desde la prehistoria, ya se elaboraba en Mesopotamia a partir de trigo, mitad cultivado y mitad silvestre, molido en morteros rudimentarios. Se obtenía así una harina que amasada con agua, sin levadura y cocida a fuego directo daba lugar a un pan ácimo. En la Biblia se recogen referencias a un pan de forma plana o galleta gruesa cocidos sobre parrilla. Mucho mas tarde en Roma existían hornos públicos, con normas estrictas para evitar incendios.
En esencia, el pan es el resultado del horneado de una masa, elaborada fundamentalmente con harina de cereales, sal y agua. La mezcla, suele contener levaduras para que fermente la masa y sea más esponjosa y tierna. El cereal más utilizado para la elaboración del pan es la harina de trigo.

La dieta mediterránea se caracteriza, entre otro, por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales y cuya fuente principal debe ser el pan. Este producto es un alimento básico en la dieta infantil, siendo aconsejable que los niños tomen en el desayuno ya que les ayuda a tener un mayor rendimiento escolar. En la merienda o en los recreos, hay que tener presente incluir un bocadillo. El pan es una fuente excelente de hidratos de carbono  que aporta, además, proteínas, minerales, vitaminas y fibras. Por lo tanto, un bajo consumo de pan puede desequilibrar de manera importante la dieta.

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Nueva edición del curso de iniciación a la panadería en Sabadell

Nueva edición del curso de iniciación a la panadería en Sabadell

El 12 de septiembre, en horario de tarde, de 15:30 a 20:30 horas, se inicia una nueva edición del curso de iniciación a la panadería de la escuela de panaderos ‘Andreu Llargués’ del gremio de la provincia de Barcelona situada en Sabadell. “Esta edición es la novena, ya que se viene realizando desde el año 2013 una o dos ediciones al año” ha explicado a P&P Montse Ruiz, jefe del departamento de formación del gremio.

Es una formación de 120 horas repartidas en 24 sesiones que está destinada a mayores de 16 años que quieran iniciarse en las técnicas básicas de elaboración de productos artesanales de panadería y bollería. “Al finalizar dominan las técnicas básicas de panadería. La mayoría de los que lo han completado están aplicando esta cualificación, ya sea porque ya trabajaban en el negocio familiar o propio, y deseaban mejorar la técnica, o porque han continuado formándose en nuestra escuela” destaca Montse Ruiz.

El curso es 100 % práctico. “Se trabaja y se elaboran productos de forma artesanal con las manos y los mejores ingredientes, para conseguir productos de calidad y que sean especiales” informan desde el departamento de formación del gremio. La formación incluye visita a una panadería y el equipo docente está liderado por la dirección técnica de Yohan Ferrant, director de la escuela que sido asesor y consultor en panadería en España y Europa.  Su filosofía de trabajo se centra en las largas fermentaciones (de hasta 48 horas) empleando únicamente masas madre de origen natural y harinas ecológicas.

El curso está impartido por profesionales con dilatada experiencia en el sector de la panadería y la bollería y con mucho reconocimiento dentro del sector como Maricruz Barón o Juan Carlos Roche entre otros. Una vez superada la formación los alumnos reciben un diploma de aprovechamiento en técnicas básicas en elaboración artesana de productos de panadería y bollería con el reconocimiento del gremio de panaderos de la provincia de Barcelona.

Para conocer el programa del curso o ampliar la información: [email protected]

(Fuente: Pan y Pizza)

El pH: factor clave para elaborar cerveza

El nivel de pH del macerado y del mosto es un elemento clave a la hora de que procesos como la actividad de las enzimas, la adición de lúpulo o la fermentación de las levaduras funcionen correctamente. Entender estos niveles nos permitiría obtener la cerveza exactamente tal y como la queremos. Pero… ¿Qué es el pH? Y, lo que es más importante para un brewer, ¿Qué tengo que saber de él?  

La definición

El pH expresa el grado de acidez o de alcalinidad de una solución. Su nivel se suele medir en una escala que va del 1 al 14, en la que el 7 se consideraría el término neutral. Una solución con un nivel inferior a 7 se consideraría ácida, mientras que cualquier solución superior a ese número sería alcalina. Empleando tecnicismos, a raíz de que se usa el exponente 10 de la escala logarítmica, una solución con un pH de 5 sería 10 veces más ácida que una solución con un pH de 6, y 100 veces más en el caso de tener una solución con un nivel de 7.

pH: rango ácido-alcalino

Dejando a un lado definiciones técnicas, vayamos a la parte práctica de la cuestión. Un amante de la cerveza tiene que controlar los niveles de pH del macerado porque afectan a la actividad de las enzimas en general, y a la actividad de las amilasas (una familia de enzimas) en concreto. Las amilasas son las principales responsables de la maceración, es decir, de la transformación de los almidones de la malta en azúcares fermentables, los cuáles durante la fermentación nos permitirán conseguir el alcohol y el CO2.

Aunque las amilasas y las otras varias enzimas de menor importancia que intervienen en el macerado funcionan a diferentes niveles de pH, la media ideal para que las enzimas realicen el proceso de maceración correctamente ronda entre los 5.2 y los 5.5. Además, mantener el nivel de pH cerca de 5.5 también será ideal para la extracción y transformación del lúpulo durante la cocción, la precipitación de proteínas, la clarificación del mosto e incluso el proceso de fermentación.

Relación entre el pH y el agua usada en la elaboración de cerveza

En el proceso de elaboración de cerveza también es muy importante saber el contenido mineral del agua que se utiliza, y así alcanzar el nivel de pH conveniente para la maceración. Normalmente, todos los proveedores municipales de agua suelen publicar análisis periódicos de la calidad del agua. De no ser así, deberían entregarlo sin problemas en el caso de pedírselo.

Una vez tengamos delante el análisis, debemos centrar nuestra atención en los niveles de calcio y de magnesio, así como en los iones de carbonato y bicarbonato. De todos ellos, el calcio es el elemento más importante, pues es capaz de superar la capacidad búfer de los fosfatos de malta (sistema formado por un ácido débil y su base conjugada con capacidad para oponerse a grandes cambios de pH), y disminuir así el pH del macerado hasta el rango aceptable de 5.2 a 5.5.  La concentración ideal de calcio debería ser entre 50 y 150 ppm. En cuanto al magnesio, éste actúa de forma similar al calcio, pero es menos eficaz en la reducción del pH del macerado. A la vez, la concentración adecuada de calcio debe ir acompañada de bajos niveles de carbonato y bicarbonato. De ambos, es el bicarbonato el regulador alcalino más fuerte; en grandes cantidades, el nivel de pH aumentaría hasta cifras inaceptables. Se aconseja, pues, que los iones de carbonato y bicarbonato estén por debajo de los 50 ppm.

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Alimentación y bebidas se reafirma como primer sector industrial en España

Alimentación y bebidas se reafirma como primer sector industrial en España

Con un crecimiento de la producción del 2.9% en el último año, el sector ya representa el 3% del PIB nacional y el 21% de la industria manufacturera.

El sector supera el medio millón de empleos directos.

España exportó por un valor de 30.652 millones de euros, ocupando el 5º lugar en el ránking de exportadores de la UE y el 9º a nivel mundial.

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) ha presentado hoy en la Secretaría General de Pesca su Informe Económico Anual correspondiente a 2017, un ejercicio que culminó con registros históricos por segundo año consecutivo. El sector, primera industria del país, ha confirmado su peso estratégico para la economía nacional superando las marcas alcanzadas en el ejercicio anterior y que contribuyen de manera decisiva al desarrollo de nuestra economía.

El Director General de FIAB, Mauricio García de Quevedo, ha destacado el crecimiento del empleo, la producción y las exportaciones como aspectos claves en un momento de pleno desarrollo para el sector.

“Una industria que emplea a más de medio millón de personas de manera directa, que aporta el 3% al PIB y que representa a España en el mundo es un sector de confianza y un pilar sólido de la economía de nuestro país”, ha valorado Mauricio García de Quevedo.

El Director General de FIAB ha hecho hincapié en la importancia de seguir por este camino en el que es imprescindible una legislación armonizada y estable que garantice la unidad de mercado y permita a las empresas ahondar en su competitividad.

“Sólo garantizando un escenario de seguridad, las industrias encontrarán el marco adecuado para seguir contribuyendo a la creación de riqueza para España, como hasta ahora el sector viene haciendo”, ha señalado García de Quevedo.

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El pan te ayuda a rendir mejor en el deporte

El pan te ayuda a rendir mejor en el deporte

  • Los expertos recomiendan que entre el 50% y el 60% de las calorías que ingerimos diariamente deben provenir de los hidratos de carbono
  • Sólo un 7,4% de la población adulta consume las 6 raciones diarias de hidratos de carbono recomendadas, según el estudio “Influencia del consumo de pan en la calidad de la dieta y hábitos alimentarios de adultos españoles”
  • El consumo de pan está asociado a una mayor capacidad cardiorrespiratoria y ayuda a mejorar el rendimiento deportivo

Los hidratos de carbono son una fuente esencial de nutrientes y proporcionan la energía que necesita nuestro cuerpo para su funcionamiento. Según los expertos, entre el 50% y el 60% de las calorías que ingerimos diariamente deben provenir de ellos y para ayudar a completar esta cantidad sería recomendable tomar de 4 a 6 raciones de cereales al día. En el caso de la gente que practica ejercicio su consumo cobra mayor importancia ya que las necesidades nutricionales aumentan debido al mayor gasto calórico.

Además de los que se encuentran en frutas y verduras, los hidratos de carbono que provienen de los cereales, la pasta o el pan son primordiales en una dieta diaria sobre todo en comidas como el desayuno, ya que suministran energía y cantidades muy apreciables de nutrientes que hace que sean alimentos muy valiosos desde el punto de vista nutricional.

Sin embargo, el estudio sobre la “Influencia del consumo de pan en la calidad de la dieta y hábitos alimentarios de adultos españoles” realizado por la Universidad Complutense de Madrid, revela que sólo un 7,4% de la población no cumple con las 6 raciones diarias de hidratos de carbono, lo que se traduce en que el consumo actual de cereales y legumbres es de 3,54% raciones al día.

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Acrilamida, Seguridad Alimentaria y Consumidor: La nueva guía de la Comisión

Acrilamida, Seguridad Alimentaria y Consumidor: La nueva guía de la Comisión

En la última década, la preocupación de los consumidores por la seguridad alimentaria ha ido en aumento. En respuesta a ello, las administraciones públicas, empresas de alimentación y el propio consumidor han de poner el acento en la prevención y mitigación de los peligros alimentarios, entre otros, la acrilamida. Un ejemplo de ello es el Documento Guía para la aplicación del Reglamento 2017/2158 que AECOSAN ha presentado en AINIA Centro Tecnológico.

Como citábamos en el artículo “Alertas y contaminación: La percepción del consumidor sobre la seguridad alimentaria” para los consumidores y consumidoras, los mayores riesgos alimentarios están asociados a la presencia en los alimentos de productos químicos, plaguicidas u otras sustancias químicas, mientras que para los expertos en la materia, el mayor riesgo para la salud pública proviene de los peligros derivados de la contaminación microbiológica de los alimentos.

En esta línea, las autoridades, en lo relativo a las medidas de gestión del riesgo de contaminantes, entre otros la acrilamida, han abordado este tema desde cuatro áreas (legislación, controles oficiales, guías de buenas prácticas y recomendaciones de consumo).

Ejemplo de esta última son las recomendaciones de consumo de crustáceos para reducir la exposición de cadmio, de hortalizas por la presencia de nitratos o de consumo de pescado (pez espada, atún rojo o lucio) debido a la presencia de mercurio.

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3 tecnologías de procesado para el desarrollo de alimentos sostenibles y personalizados

3 tecnologías de procesado para el desarrollo de alimentos sostenibles y personalizados

El desafío de la sostenibilidad y la mayor concienciación en la población tanto por lo sostenible, como por lo saludable, y, por extensión, el bienestar, la salud y la calidad de vida, configuran un contexto que explica la tendencia creciente de innovación y desarrollo de nuevos alimentos. En este artículo exponemos tres tecnologías para el procesado de alimentos innovadores, expuestas en FOODTECH Barcelona.

Para entender el contexto actual para la innovación en nuevos productos alimentarios, según Alimarket Gran Consumo (datos de 2017), en lo relativo a la oferta de productos, la innovación se centra principalmente en la ampliación de la gama de producto (79,5%), seguida por el  rediseño o reformulación de nuevos productos (11,3%). Además, tal y como apunta la misma fuente, los claims o reclamos más destacados son los referentes al hedonismo (26,2%) seguido de las  propiedades saludables de los productos (21,9%) o aquellos que aluden a lo Premium. Por sectores, el más innovador es el de la alimentación seca – galletas, cereales, cafés, pastas…-  (27,3%), seguido de las bebidas alcohólicas (27,1%).

Lo saludable, sostenible y el bienestar: ejes de la innovación en nuevos productos

Los consumidores cada vez demandan productos más saludables: naturales, sin conservantes, antioxidantes o colorantes; con menos azúcares y se buscan edulcorantes naturales. Más sostenibles: nuevas fuentes más ecoeficientes de proteínas y un mayor aprovechamiento de los subproductos. Y más hedónicos: capaces de generar placer sensorial.

Todo ello obliga a la industria a innovar para obtener nuevos ingredientes que respondan a estos tres ejes.

A continuación exponemos 3 métodos de obtención de nuevos ingredientes para el desarrollo de nuevos productos que den respuesta a las exigencias del mercado actual: extrusión, microencapsulación y técnicas biotecnológicas.

Extrusión

Por extrusión entendemos la operación de dar forma a una sustancia plástica o material moldeable forzando su paso a través de una restricción o apertura.

Un extrusor se considera un bioreactor de alta temperatura y corto tiempo de residencia que produce una serie de cambios en la forma, estructura y composición de las materias primas transformándolas en intermedios modificados o productos finales. Se emplea principalmente en el desarrollo de nuevos alimentos ricos en almidón y ricos en proteína. En concreto, en la incorporación de nuevos ingredientes, nuevas formas de presentación, texturas o sabores.

Por otro lado también puede emplearse con el fin de  modificar  compuestos para por ejemplo:actuar sobre su funcionalidad tecnológica, texturizar proteínas o bien modificar la estructura interna de los mismos con otras funcionalidades(ej: cambio de  estructura amorfa y cristalina en azúcares).

Principales ventajas del procesado  mediante la extrusión

  • Alta capacidad de procesado en continuo y eficiencia energética.
  • Alta versatilidad de ingredientes.
  • Procesado de materiales relativamente deshidratados y viscosos.
  • Mejora de las características de textura y sabor de los alimentos.
  • Control de cambios térmicos de los constituyentes de los alimentos.
  • Uso de ingredientes no convencionales: coproductos, ingredientes de elevado contenido en proteína, etc.

Esta metodología se puede aplicar en el procesado de cereales para el desayuno, aperitivos o alimentos infantiles y  alimentos para consumo animal; en la industria vegetal y láctea en la generación  de proteínas  texturizadas o en la creación de nuevos ingredientes: sabores maillards, almidones modificados…

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Vuelta (panarra) al mundo, 13 migas que tienes que probar

Vuelta (panarra) al mundo, 13 migas que tienes que probar

“En esta casa no se come si no hay pan”, eso es así. Hay que esperar a que llegue esa barra de pan calentita, recién hecha, porque si no, parece que falta algo. Alimento de pobres y de ricos, el pan lleva en nuestras vidas desde el Neolítico. Fueron los egipcios lo que descubrieron el pan fermentado e inventaron eso de un trocito para cada uno a la hora de comer (acompañado de cebolla, por cierto). Los griegos heredaron esa tradición y la sofisticaron creando diferentes tipos de pan e incluyendo semillas y pasas. El trigo y el aceite de oliva del mediterráneo ayudó a aumentar aún más nuestra cultura “panarra”. De hecho, los primeros gremios de panaderos surgieron durante el imperio romano y continuaron en la Edad Media, heredando de padres a hijos el noble oficio del panadero.

El pan ha sido y es parte fundamental de la cultura gastronómica en muchas partes del mundo, y para demostrarlo aquí nos pegamos una vuelta al globo repasando 13 tipos de pan típicos en diferentes ciudades del mundo. Si eres un buen panarra, y además viajero, no te lo pierdas, necesitarás tomar nota para tus futuras escapadas gastronómicas.

Grecia

Como en España (o mejor dicho, en los países mediterráneos), los griegos disfrutan mucho del pan. Desde la hermosa Pompeya, pasando por ilustres poetas, el pan ha estado en el centro de la gastronomía griega. Tanto es así que aún se conserva la llamada torta de Corcelles, una masa de pan del 2.800 a.c. Pero ¿qué nos encontramos en la actualidad? Para empezar, el pan Bobota, un pan muy sencillo y con pocos ingredientes: harina de maíz y con toques cítricos de naranja que hace las veces de sustancia unificadora con la masa, ya que no lleva leche ni mantequilla.

Por otro lado tenemos el Horiatiko Psomi, conocido como el pan del campo. Se trata de un pan grande, de miga densa y normalmente más oscuro. Imaginad lo bien que puede sentar un buen aceite de oliva, o tomarlo junto a una sopa caliente. Curiosamente, esta receta implica un tipo de harina “amarilla” muy difícil de conseguir en otro país. Y por último, destacan 3 tipos más de panes: el pan skorthopsomo, cocinado con ajo fresco, el pan tyropsomo cocinado con queso feta y por último, el pan lagana o pan llamado “del lunes limpio”, porque se cocina el primer lunes de la Cuaresma. ¿Con cuál te quedas?

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