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Pan de maíz, ideal para los celiacos

El pan de maíz, elaborado con harina del mismo cereal, es una excelente opción para todos por su sabor y por su contenido en yodo, que entre sus múltiples beneficios ayuda a regular el colesterol. También es una alternativa muy recomendable para los celiacos, ya que la harina de maíz no contiene gluten, o para aquellos que simplemente quieran probar algo diferente.

Pan de maíz, ideal para los celíacosA pesar de ser mundialmente conocido, muchos no saben que este pan proviene del continente americano, de donde es originario este cereal. El maíz era un alimento básico de las tribus nativas americanas de la zona sur de los Estados Unidos y de América central, por lo que cuando los colonos estadounidenses llegaron, adoptaron el uso de la harina de maíz, dando como resultado este pan.

El pan de maíz experimentó un gran auge en la Guerra Civil estadounidense al ser un alimento económico y relativamente fácil de hacer. Conforme traspasaba fronteras, este tipo de pan ha ido adaptando su forma según la cultura de cada país, dando lugar a recetas que recuerdan más a un pastel y a otras que se asemejan más a lo que es un pan tal y como concebimos este alimento.

Sin embargo, por lo general es fácil identificarlo por su tonalidad amarillenta, de color yema de huevo, una textura esponjosa, un aroma pronunciado, ligeramente ácido, y una corteza crujiente que hace que invita a hincarle el diente.

Esta variedad es muy versátil, pues su sabor, ligeramente dulce, permite comerlo sin necesidad de acompañarlo de otros alimentos. No obstante, combina muy bien con sabores fuertes como los de los patés, los quesos azules, el foie o los ahumados y más dulces, como los de las mermeladas, las confituras o el membrillo.

(Fuente: Pan cada día)

En España tenemos una gran variedad de panes con muy diversas características sensoriales asociadas tanto a su composición como a su proceso de elaboración. Alta o baja hidratación, harinas de diferentes cereales, panes con largas fermentaciones, panes bregados, panes con masas madres de cultivo, panes con diferentes formas, tamaños, formatos, etcétera. incluso panes que tienen un reconocimiento de calidad europeo con Indicación Geográfica Protegida (Igp) como el pan de Cea, Alfacar, Pan de Cruz, y el pan Pagés.

Cuando hablamos de calidad buena o mala en el pan, siempre hay que tener en cuenta varios aspectos concretos, por un lado, diferenciar entre la calidad intrínseca o propia del producto y que se relaciona con las materias primas y el proceso de elaboración; y por otro lado, la denominada calidad extrínseca o las expectativas del cliente.

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El 13 de abril, dentro de dos meses, entra en vigor el reglamento europeo para la reducción de la acrilamida publicado a finales de noviembre de 2017. La acrilamida es una sustancia química que se genera de forma natural durante la transformación de varios tipos de alimentos al ser fritos, asados o cocidos a altas temperaturas. Esto afecta directamente a los productos de panadería ya que el horneado es el paso final y fundamental para obtener un producto de comestible. Pequeños obradores y todo tipo de empresas panificadoras están pendientes de la aplicación del reglamento y de la guía que se está negociando en las últimas semanas en Bruselas entre la Comisión y la confederación europea de panadería y pastelería (Cebp).

“Se está elaborando un documento de guía para el cumplimiento del reglamento que es el que estamos ahora mismo intentando que sea lo menos gravoso posible para la pequeñas y medianas empresas” ha explicado a P&P José María Fernández del Vallado, secretario general de la CEBP.

Guía para la reducción de la acrilamida en productos panaderos Leer más