Estudios de mitigación y la modificación de las condiciones de procesado

Estudios de mitigación y la modificación de las condiciones de procesado, medidas eficaces para controlar los niveles de acrilamida en la producción de alimentos sin afectar a su calidad

El objetivo final es disminuir la exposición a la acrilamida en la dieta de los consumidores. La acrilamida se forma al hornear, freír o tostar alimentos como pan, patatas, cereales, bollería o café a altas temperaturas.

11 de abril, entra en vigor el Reglamento de la Comisión Europea, (UE) 2017/2158, por el que obliga a las empresas de alimentación a reducir los niveles de acrilamida en la producción de alimentos susceptibles de presentar esta sustancia, una sustancia que en ciertas condiciones puede tener riesgo para la salud.

A partir de mañana, las pymes tendrán que cumplir con los criterios de control y mitigación de acrilamida en los alimentos establecidos por la UE. Para ello, deberán realizar un plan de control para conocer los niveles de esta sustancia en sus productos y aplicar medidas para disminuirlos. Leer más

La innovación en materiales, recipientes y métodos de envasado amplía la vida útil de almacenamiento, mientras que el envasado inteligente incrementa la confianza de los consumidores en el buen estado de los productos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida, lo que supone un coste de unos 680.000 millones de dólares en los países industrializados y 310 000 millones de dólares en los países en desarrollo. ¿Es capaz de imaginar lo que esto supondría para los 800 millones de personas que pasan hambre en todo el mundo? Se trata de alrededor de 1,17 billones de kilogramos de alimentos desperdiciados anualmente, suficiente para alimentar al doble de esos 800 millones de personas.

El poder de los envases para reducir los residuos alimentarios

De acuerdo con las cifras de 2015 del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el 31% de todos los alimentos producidos en Estados Unidos no se comen, y cada estadounidense tira más de 16 kg de comida al mes. Además, según el USDA, el estadounidense medio tira el 40% del pescado fresco, el 23% de los huevos y el 20% de la leche que compra.

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Para la nutrición infantil debemos saber que el pan es una fuente excelente de hidratos de carbono  que aporta, además, proteínas, minerales, vitaminas y fibras. Por lo tanto, un bajo consumo de pan puede desequilibrar de manera importante la dieta.

El pan es un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional de nuestros países. El pan fue el alimento básico de la humanidad desde la prehistoria, ya se elaboraba en Mesopotamia a partir de trigo, mitad cultivado y mitad silvestre, molido en morteros rudimentarios. Se obtenía así una harina que amasada con agua, sin levadura y cocida a fuego directo daba lugar a un pan ácimo. En la Biblia se recogen referencias a un pan de forma plana o galleta gruesa cocidos sobre parrilla. Mucho mas tarde en Roma existían hornos públicos, con normas estrictas para evitar incendios.
En esencia, el pan es el resultado del horneado de una masa, elaborada fundamentalmente con harina de cereales, sal y agua. La mezcla, suele contener levaduras para que fermente la masa y sea más esponjosa y tierna. El cereal más utilizado para la elaboración del pan es la harina de trigo.

La dieta mediterránea se caracteriza, entre otro, por un alto consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales y cuya fuente principal debe ser el pan. Este producto es un alimento básico en la dieta infantil, siendo aconsejable que los niños tomen en el desayuno ya que les ayuda a tener un mayor rendimiento escolar. En la merienda o en los recreos, hay que tener presente incluir un bocadillo. El pan es una fuente excelente de hidratos de carbono  que aporta, además, proteínas, minerales, vitaminas y fibras. Por lo tanto, un bajo consumo de pan puede desequilibrar de manera importante la dieta.

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