Que no te den gato por liebre con el pan integral o el de masa madre
El Gobierno español está a punto de aprobar un Real Decreto que quiere que, a partir de ahora, sea la norma de calidad para el pan . En España ya existía una, pero era de 1984, y la evolución tecnológica, “así como las nuevas tendencias de consumo” –según se dice en el preámbulo del borrador– han impulsado al Ministerio de Agricultura a “realizar una profunda revisión de la misma”. A la espera del texto definitivo que apruebe el Gobierno, el borrador que se ha hecho público recibe valoraciones diferentes.
En general, el gran qué de esta legislación es que establece las condiciones que deben cumplir los diferentes tipos de pan para que se puedan vender bajo sus distintas denominaciones, cuya fórmula exacta también queda recogida en el texto normativo. El problema es según el panadero artesano Jordi Morera, de la panadería L’Espiga d’or en Vilanova i la Geltrú, es que el texto “no piensa en que los consumidores tengan acceso a un producto lo más saludable posible ni corta las alas al pan mal hecho”. Por su parte, Jaume Bertran –presidente del Gremi de Flequers de Barcelona – opina “que estamos ante una ley esencialmente bien hecha, pero que tampoco nos saca de ningún atolladero concreto, y por contra, no dice nada de la comercialización del pan, que hoy en día es uno de los grandes problemas del sector”. Bertran opina que “no es justo que se pueda vender en cualquier sitio sin ningún tipo de garantías, y por contra las panaderías, al ser establecimientos especializados, sólo puedan vender pan y pastas, cuando las ciudades están llenas de bares camuflados de panaderías”.
El borrador no piensa en que los consumidores tengan acceso a un producto lo más saludable posible ni corta las alas al pan mal hecho.