Junto con los buñuelos y la mona, las torrijas son uno de los dulces por excelencia de Semana Santa y Cuaresma. Pero, ¿sabías que nacieron como una costumbre muy alejada de la celebración de la Semana Santa?
En un principio, por el año 1600, estos dulces elaborados a base de pan duro, huevos, azúcar, leche o vino se preparaban para aliviar a las parturientas al dar a luz y favorecer su recuperación en el post-parto. Originalmente, las torrijas se preparaban con rebanadas de pan de pequeño tamaño, y se servían acompañadas de una copita de vino.
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