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El presente y el futuro en el uso de los plásticos

Plásticos. ¿Podríamos imaginarnos cómo sería nuestra vida si presciniésemos de él? La respuesta es que no podríamos.Pero, a pesar de que últimamente se han abordado y se abordarán resformas legislativas que tienen como finalidad frenar el problema mesioambiental generado por sus residuos, ¿creemos que estas medidas solucionarán el problema? ¿No habría que apostar, además, por el Ecodiseño, la reutilización y el uso de plástico reciclado?

El tema “Sin Contaminación por Plástico”,establecido por Naciones Unidas para este año y que culmina con el Día Mundial del medio Ambiente a celebrar el próximo 5 de junio, está focalizando la atención de la población a un problema creciente, por la acumulación de residuos de plástico en nuestro entorno. Impactantes son las imágenes de residuos de plástico abandonados en los océanos y el aumento de los microplásticos en el medio, afectando los ecosistemas marinos y, como consecuencia, la salud de la población mundial.

El problema es complejo y por tanto su solución no es inmediata. Estamos hablando de un material, que desde su aparición en el siglo pasado, ha ido entrando exponencialmente en nuestras casas y nuestras actividades, de modo que resulta imposible imaginar nuestro actual modo de vida si no contamos con él. La variabilidad de tipos de plástico, ha permitido encontrar una alternativa técnica que cubriera las necesidades del mercado y de los consumidores. Así, cuando los técnicos analizan  el “Ciclo de Vida” de un producto de plástico, la contribución, ya sea por su origen (representa de 4% a 8% del consumo mundial de petróleo y gas) como por la energía requerida para su producción (es de los actuales materiales, el que requiere menor energía) no supera el 10%, inferior al resto de materiales tradicionales.

El presente y el futuro en el uso de los plásticos

El residuo plástico de origen industrial no es el problema; por razones económicas, de productividad y de “pureza”, este tipo de residuo está siendo reprocesado de modo que el posible impacto se ha reducido sustancialmente a partir de las últimas crisis del petróleo. Siendo así, como y porque es actualmente el objetivo de nuestras miradas?

La problemática de estos últimos años es  la inadecuada gestión de los residuos una vez llega al consumidor; lo que se conoce como  post-consumo. Aunque el plástico permite ser valorizado (reutilizado o recuperado) o como alternativa, como fuente de energía, la realidad es que, y teniendo en cuenta la variabilidad entre países según su nivel de desarrollo, a nivel mundial solo se colecta el 15% de los residuos de plástico para su recuperación, nivel muy por debajo comparando con materiales alternativos tradicionales. Informan organizaciones ecologistas como Greenpeace, que  la preocupación debe centrarse en los residuos depositados deliberadamente o simplemente abandonados. El 80% de los residuos que contaminan nuestros océanos, provienen de tierra, mientras que el 20% restante de la actividad marítima.

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Las bolsas de plástico dejarán de ser gratuitas desde julio

A partir del 1 de julio los comerciantes deberán cobrar un precio por cada bolsa de plástico ligera que entreguen al consumidor, a excepción de las bolsas de plástico muy ligeras, de menos de 15 micras de espesor, necesarias por razones de higiene o que se suministran como envase primario para alimentos a granel.

El Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva (UE) 2015/720 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2015, y tiene por objeto reducir el consumo de bolsas de plástico para prevenir y reducir los impactos adversos que producen en el medio ambiente los residuos que generan, con especial atención al daño ocasionado a los ecosistemas acuáticos, así como evitar la pérdida de recursos materiales y económicos que supone el abandono de las bolsas de plástico y su dispersión en el medio ambiente. Además, crea el Registro de Productores de Productos.

Quedan incluidas en el ámbito de aplicación de la norma todas las bolsas de plástico puestas en el mercado en el territorio del Estado, así como los residuos generados por dichas bolsas.

La citada Directiva europea establece que los Estados miembros han de adoptar medidas con el fin de reducir de forma sostenida, en su territorio, el consumo de bolsas de plástico ligeras. De entre las opciones que propone, la norma considera como más adecuadas las siguientes medidas:

  • Desde el 1 de julio de 2018 se prohíbe su entrega gratuita a los consumidores en los puntos de venta. Desde esa fecha los comerciantes deben cobrar un precio por cada bolsa de plástico ligera que entreguen al consumidor, a excepción de las bolsas de plástico muy ligeras (de menos de 15 micras de espesor) que son necesarias por razones de higiene o que se suministran como envase primario para alimentos a granel.
  • Desde el 1 de enero de 2021 se prohíbe la entrega, gratuita o no, a los consumidores, en los puntos de venta, de bolsas de plástico ligeras y muy ligeras no compostables. De esta forma, las bolsas compostables, cuyo tratamiento más adecuado es a través de procesos biológicos, se gestionarán conjuntamente con la fracción de biorresiduos presente en los residuos municipales, evitando así que se puedan mezclar con otros flujos de residuos como los de envases de plástico, ya que su mezcla podría dificultar el reciclado mecánico de los plásticos no compostables.

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Economía circular: incubando el envase del futuro

El primer centro de innovación sobre economía circular de Europa cumple su primer año trabajando en proyectos que definirán cómo reciclaremos en los próximos años.

El futuro del reciclaje se decide y se testa en laboratorio, concretamente en «The Circular Lab», inagurado hace un año en Logroño por Ecoembes, entidad que coordina el reciclaje de envases en nuestro país, y que ya está dando los primeros resultados. «En España solo se recicla el 29,7% de todos los residuos sólidos urbanos, y son los envases los residuos domésticos que tiran del reciclaje, aunque representamos solo el 8% del total de residuos que se generan. Y para avanzar en estas cifras necesitamos la economía circular y la innovación por la que apostamos en este laboratorio con el desarrollo de multitud de proyectos», dice Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes.

De este edificio sostenible -que se abastece con paneles solares y un pozo geotérmico, y decorado con lámparas que son boyas marinas en desuso y sillas hechas a partir de botellas recicladas- saldrán los envases del futuro y las mejores ideas para una gestión inteligente de los residuos. Se trata del primer centro de innovación sobre economía circular de Europa y trabaja para convertirse en un referente en esta materia centrándose en cuatro áreas de innovación fundamentales: envases del futuro -a través del ecodiseño, la búsqueda de nuevos materiales sostenibles y la incorporación de materiales reciclados en los procesos de producción-; concienciación sensibilización ciudadana; «Smartwaste», aplicando la tecnología más puntera a los procesos de recogida, selección y reciclado de envases para lograr ciudades inteligentes en las que todo esté conectado, y emprendimiento, fomentando la innovación abierta, a través de la ideación, la incubación y la aceleración de proyectos o «startups». Vienen a estas líneas siete proyectos que definirán cómo reciclaremos en los próximos años.

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