El 13 de abril, dentro de dos meses, entra en vigor el reglamento europeo para la reducción de la acrilamida publicado a finales de noviembre de 2017. La acrilamida es una sustancia química que se genera de forma natural durante la transformación de varios tipos de alimentos al ser fritos, asados o cocidos a altas temperaturas. Esto afecta directamente a los productos de panadería ya que el horneado es el paso final y fundamental para obtener un producto de comestible. Pequeños obradores y todo tipo de empresas panificadoras están pendientes de la aplicación del reglamento y de la guía que se está negociando en las últimas semanas en Bruselas entre la Comisión y la confederación europea de panadería y pastelería (Cebp).
“Se está elaborando un documento de guía para el cumplimiento del reglamento que es el que estamos ahora mismo intentando que sea lo menos gravoso posible para la pequeñas y medianas empresas” ha explicado a P&P José María Fernández del Vallado, secretario general de la CEBP.