Valladolid acogió durante dos días a toda la cadena de valor del cereal en las XXIX Jornadas de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC), en la que los expertos coincidieron en señalar la oportunidad para todo el sector que suponen los trigos de calidad o alto valor añadido.
«España importa al año unos dos millones de toneladas de cereales, de los que un millón son trigos de fuerza, un nicho de mercado que está ahí y que debemos aprovechar, aunque todavía nos falte recorrido», explicó Jesús Esteban de la empresa harinera Emilio Esteban.
Aunque todos señalaron la importancia que tiene la transformación del trigo principalmente en harina y sémola para la producción de pastas, galletas, etc., nuestros agricultores, siguen viendo dificultades para sacarle el máximo rendimiento y rentabilidad.
«No es para todas las zonas ni para todos los agricultores, el que lo siembre tiene que ser un agricultor muy preparado ya que exige mucha dedicación», aseguró Alberto Pérez, del Grupo Alimentario Agropal.
Julio Aguilar, productor de cereales en Burgos comentó las dificultades a las que se enfrentan los agricultores que deciden a sembrar este tipo de trigos de alto valor añadido.
«Sembramos las variedades recomendadas, utilizamos maquinaria puntera, seguimos los consejos de los técnicos y al final después de lo invertido, muchas veces, no se consiguen los objetivos que te marca la industria y lo tienes que vender como trigo para pienso». Aunque Aguilar cree en el futuro de este tipo de trigos, echa en falta más compromiso de la industria harinera «que no valora lo suficiente lo que hacemos» y demanda «más investigación en sacar variedades más adaptadas a nuestros suelos y necesidades».