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El gas natural constituye un apoyo esencial para frenar el cambio climático reduciendo las emisiones de CO2 en todos los sectores de actividad.

También se ha presentado el Informe “Contribución del gas a la calidad del aire” dónde queda patente que una mayor presencia del gas mejora la calidad del aire en las ciudades minimizando la contaminación ambiental.

Cambio Climático

30 de mayo de 2017. Sedigas, la Asociación Española del Gas, ha puesto de relevancia hoy, en el marco de su Reunión Anual, el papel clave del gas para conseguir los objetivos europeos 2030. Y lo ha hecho junto con Eurogas, la patronal europea del sector del gas, uniendo así a todo el sector gasista europeo para frenar el cambio climático.

En este contexto, Antoni Peris, Presidente Sedigas, ha remarcado el papel del gas natural como energía limpia y su contribución a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero establecidos a nivel europeo en un 40 %, que pretenden así como alcanzar un 27% en renovables e incrementar la eficiencia energética en un 27%.

Así pues, España podría alcanzar los objetivos de reducción de emisiones poniendo en marcha varias acciones de implantación rápida y bajo coste donde el gas natural es protagonista. La sustitución de combustibles más contaminantes y la generación eléctrica con ciclos combinados son la clave.

El sector del transporte, tanto terrestre como marítimo, es responsable de 38% (año 2014) de las emisiones de los sectores difusos. La utilización del gas natural en el transporte terrestre y marítimo podría reducir rápidamente hasta un 25% esta cifra. De la misma forma, cambiar a sistemas modernos de calefacción a gas es una forma rápida y barata de reducir las emisiones del sector residencial hasta en un 55%. Las calderas de condensación presentan hasta un 65% más de eficiencia que sus tecnologías competidoras.

El binomio gas y renovables es una solución de futuro. Los ciclos combinados constituyen el mayor garante de estabilidad del sector de generación dado que aportan firmeza, flexibilidad y una potencia ya instalada. A su vez, es una tecnología limpia dado que aumentar la generación a gas disminuiría las emisiones hasta en un 66%.

Las ventajas competitivas de España, como su situación geoestratégica en cuanto al gas natural licuado europeo y su sistema de infraestructuras ya existentes, contribuirán a la consecución de estos fines.

En el marco de la estrategia de una economía baja en carbono, el desarrollo de las adecuadas políticas medioambientales a nivel nacional reforzará el “papel del gas como una fuente de energía fundamental para la descarbonización” tal y como afirmó recientemente el Secretario de Estado de Energía, Daniel Navia.

Presentación del estudio “Contribución del gas a la calidad del aire”

Por otra parte, también se ha presentado el estudio “Contribución del gas a la calidad del aire” cuyo objetivo es cuantificar el impacto de una mayor penetración del gas natural en el transporte urbano por carretera y el sector residencial y terciario en las emisiones de gases contaminantes que afectan la calidad del aire de las ciudades. En dicho estudio queda patente que, una mayor presencia del gas mejora la calidad del aire local y global, ya que es una fuente de energía que minimiza la contaminación ambiental, tan nociva para la salud humana.

De dicho estudio se desprende, que en el sector transporte, uno de los mayores responsables del empobrecimiento de la calidad del aire, el gas aporta una solución económicamente eficiente y probada para lograr una reducción drástica de la contaminación del aire. De hecho, una sustitución del 5% del parque de vehículos pesados y turismos de gasolina y diésel por un parque de gas natural en Madrid y Barcelona, reduciría las emisiones de todos gases contaminantes hasta en un 5%.

El gas natural es la energía más utilizada para calefacción en el sector residencial y doméstico. No obstante tiene margen de crecimiento en las ciudades mediante la sustitución de combustibles más contaminantes por gas. Una sustitución de todas las calderas de carbón en las ciudades españolas, y del 20% de las calderas de GLP y gasóleo C, por calderas de gas natural, reduciría las emisiones de todos los contaminantes, especialmente las partículas (MP) y el Azufre (SO2). Por el contrario, si se sustituyeran por biomasa, la calidad del aire empeoraría.

Necesidad de un cambio en el modelo energético

Es necesario establecer políticas que apuesten por objetivos de calidad del aire más ambiciosos en las ciudades por motivos de salud pública y de ahorro para los usuarios de gas natural; aumentar la penetración del gas natural en el transporte, haciendo de este un sistema medioambiental y económicamente más sostenible; y la renovación de determinados equipos de calefacción, aumentando la presencia del gas natural a nivel doméstico, terciario y en el transporte.

(Fuente: SEDIGAS – Asociación Española del Gas)

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