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¿Por qué sigue cayendo el consumo de pan en España?

Según una encuesta de Pan Cada Día, muchos españoles siguen una dieta que se lo prohíbe.

¿Por qué sigue cayendo el consumo de pan en España?

El consumo de pan en España no ha dejado de caer en los últimos años y actualmente se encuentra en 34,65 kg por persona y año, un 1,4% menos que en 2015. Pero ¿por qué desciende el consumo de este alimento?

Según la encuesta Hábitos y consumo de pan en España realizada por la iniciativa Pan Cada Día, entre las causas de esta caída progresiva de eliminación de hidratos de carbono de su dieta, el 29,2% explica que siguen una dieta sin pan, mientras el 24% no considera que sea necesario para llevar una dieta equilibrada.

El contenido en grasa del pan es bajo, entre 1 y 3 gramos de grasa por cada 100 gr

Asimismo, un 9,4% de los encuestados señala que su motivo es que engorda. Sin embargo, en lo que a pan se refiere, no se tiene en cuenta que su contenido en grasa es bajo, entre 1 y 3 gramos de grasa por cada 100 gr y, junto con los cereales, son una de las fuentes principales de energía para nuestro organismo.

DIETA MEDITERRÁNEA

El estudio incide en que la dieta mediterránea es uno de los patrones dietéticos más saludables que caracteriza nuestra cultura y que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida. El trigo, la vid y el aceite de oliva, forman la ‘triada mediterránea’, considerada un elemento fundamental en el modelo alimentario por el cual destaca nuestro país y que ha hecho posible su reconocimiento en 2010 por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Y por si esto fuera poco, este modelo de alimentación ha logrado traspasar fronteras siendo uno de los estilos de vida más equilibrados y saludables del mundo. Un estudio perteneciente a European Journal of Heart Failure, revela que una alta adherencia a la dieta mediterránea, puede ser tan saludable que disminuye las posibilidades de sufrir insuficiencia cardíaca.

(Fuente: Food Retail)

Basándose en el estudio «Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence» (Helena) y en otras fuentes de documentación nutricional y científica la plataforma «Pan cada día» recuerda que el consumo de pan es positivo para quienes realizan cualquier tipo de práctica deportiva. «Los hidratos de carbono son una fuente esencial de nutrientes y proporcionan la energía que necesita nuestro cuerpo para su funcionamiento. Según los expertos, entre el 50% y el 60% de las calorías que ingerimos diariamente deben provenir de ellos y para ayudar a completar esta cantidad sería recomendable tomar de 4 a 6 raciones de cereales al día. En el caso de la gente que practica ejercicio, su consumo cobra mayor importancia ya que las necesidades nutricionales aumentan debido al mayor gasto calórico» indican.

Y ponen de manifiesto que «el pan contribuye a obtener los nutrientes necesarios en una dieta equilibrada. Concretamente proporciona una cantidad importante de fibra, diversas vitaminas (tiamina, riboflavina, niacina, piridoxina, ácido fólico) y minerales (selenio, calcio, hierro, yodo, magnesio, zinc). Actualmente ocupa un lugar simbólico dentro de las cinco comidas diarias como es el caso del desayuno, siendo uno de los alimentos principales que lo componen en los hogares españoles. Sólo un 7,4% de la población adulta consume las 6 raciones diarias de hidratos de carbono recomendadas».

En concreto, del estudio «Helena» se destaca que «el consumo de pan está asociado a una mayor capacidad cardio-respiratoria y ayuda a mejorar el rendimiento deportivo y en función del entrenamiento, es aconsejable variar el tipo de pan. Las variedades blancas, gracias a su índice glucémico más alto, son buenas tanto antes como después del ejercicio. Y las integrales, al tener un índice glucémico más bajo son adecuadas durante el entrenamiento.

Cuando se realiza ejercicio físico, hacen hincapié en «Pan cada día», «el cuerpo tiende a necesitar un aporte de energía extra utilizando el índice glucógeno almacenado en los músculos. Por ello, una de las principales recomendaciones es ingerir una cantidad elevada de hidratos de carbono que permita al cuerpo disponer de reservas musculares y evite la aparición de síntomas como la fatiga.»

(Fuente: Pan y Pizza)